jueves, 31 de diciembre de 2009

Amor moderno


Hoy discrepo conmigo misma sobre un tema del cual nunca había tenido confusiones antes. Y esto me hace sentir triste, muy triste... porqué es como si una parte de mi manera de ser muriera, aunque también me siento realista.

 

Desde hoy y para siempre dejo de creer en el amor verdadero y eterno, en el amor de Walt Disney, en el de las comedias románticas de Hollywood y en aquel que siempre ha vivido en mi cabeza.

Voy a vivir el amor moderno, ese en el que no tienes planes de futuro, ese del cual disfrutas al 100% porqué no sabes cuanto va a durar, ese en el que lo das todo sin plantearte que sentido tiene tanto esfuerzo para algo que quizás no lleve a nada, ese que te permite ser feliz en ese mismo instante aún sabiendo que nada es para siempre y que, probablemente, todo lo que empieza tiene un fin. 

 

Pues ese, ese voy a vivir... porqué del otro ya me he cansado.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Mi coraza, mi corazón


"Una vez, hace mucho, mucho tiempo, todas las personas tenían cuatro piernas y dos cabezas. Entonces los dioses enviaron rayos y los separaron a todos en dos. Cada mitad tuvo entonces dos piernas y una cabeza. Pero la separación dejó a ambos lados con un anhelo desesperado por reunirse. Porque cada uno comparte una misma alma. Y desde ese momento, todas las personas pasan la vida buscando la otra mitad de su alma."

Gabrielle, Prometheus (1x08)





Y aquí esta la parte que intenta tantas veces ser feliz, que se derriba al más mínimo golpe para luego levantarse y ser más fuerte, que le cuesta confiar pero lo intenta a cada momento... y cuando está a punto de conseguirlo, la otra parte ya se ha cansado de esperar... que es cabezota, melodramática, estúpida, intransigente y contradictoria. Un poco tierna, que pocas veces dice lo que quiere por miedo al que dirán, de enfados y desenfados rápidos, en ocasiones feliz y de risa fácil. Que nunca pide nada por miedo al rechazo... pero lo intenta porque hay algo en ella que le dice que si los demás le piden cosas ¿por qué ella no puede hacerlo? Y que cuando está a punto de conseguirlo siempre encuentra una respuesta, algo que le dice que ella no es digna de recibir. Entonces tiene una sensación extraña, que no entiende aún como no sabe describirla siéndole tan familiar. Pero aún así, al poco rato se levanta, se pone la coraza y vuelve a querer ser feliz... y como si nada hubiera pasado se siente con ganas de comerse el mundo, de hacer creer a la gente que nada ni nadie podrá con ella mientras se repite una y otra vez esos consejos dignos de ser recordados cada día. Y se siente más viva que nunca porqué su corazón palpita con más fuerza, ese corazón en el que a tanta gente quiere invitar a entrar pero tan poquita se queda. Y entonces es cuando un vaivén de sentimientos se apodera de su cabeza, esa que cambia de opinión cada tres segundos y medio porqué es la parte que tiende a pensar que todo el mundo actúa de esa misma manera... la parte que solo piensa en dar todo lo que le gustaría recibir... que parece haber vivido la mitad de su vida por sus actos y a veces se siente estúpida por ello... que agota su paciencia y sus ganas de dar, que llora por decepción, alegría, pena... por lo bueno y por lo malo... que cuando todo el mundo llora, llora con ellos aunque ella prefiera hacerlo cuando y donde nadie la vea. Porque le gusta estar a solas... pero no le gusta estar sola. Dos contradicciones que piden a gritos recibir cariño urgentemente.